martes, 25 de octubre de 2016

BRONQUITIS EN NIÑOS

Comentamos ayer lo que es la bronquiolitis. Hoy comentaremos otra enfermedad muy similar denominada BRONQUITIS. Para no confundir, mientras la bronquiolitis se caracteriza por una inflamación de los bronquiolos, que son ramas más pequeñas situadas en el extremo de las vías respiratorias principales, la bronquitis se refiere a la inflamación vírica de dichas vías principales, denominadas bronquios.

Su curso habitual viene acompañado generalmente de tos y expectoración que dificultan la respiración y, dependiendo del tiempo de permanencia de la inflamación, existen dos tipos de bronquitis: aguda o de corta duración y crónica, que dura mucho y es recurrente. 

Cuando se produce la bronquitis aguda, ésta casi siempre viene después de haber tenido un resfriado o gripe. En primer lugar afecta a la nariz, los senos paranasales y la garganta y, posteriormente, se propaga  a las vías respiratorias que llevan a los pulmones. 

Algunas veces, los niños o adultos pueden adquirir otra infección en las vías respiratorias debido a las bacterias. Esto es más común en la bronquitis crrónicas o también llamada Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y para que ésta se considere crónica, el niño debe presentar tos con mucosidad durante la mayoría de los días del mes durante por lo menos 3 meses.
 
La causa más frecuente de la bronquitis, tanto aguda como crónica, es la exposición prolongada de los niños al humo del tabaco, aunque también al aire contaminado y  polvo. 

Los síntomas más frecuentes de la bronquitis son: 
  • Molestias en el pecho
  • Tos con flemas (transparentes o amarillentos)
  • Fatiga
  • Fiebre baja
  • Dificultad respiratoria que empeora con la actividad
  • Sibilancias en los niños con asma
Tras una mejora de la enfermedad aguda, el niño puede presentar una tos seca y molesta que se prolonga hasta 4 semanas. Estos síntomas son los mismos en cuanto a la condición crónica, con la diferencia de que ésta nunca desaparece por completo y reaparece.

Dicho eso, parece difícil diferenciar la bronquitis de una neumonía. Aclaramos: durante la neumonía, el niño es más proponso a presentar fiebre alta y escalofríos, además de sentirse más enfermo y con mayor dificultad para respirar. 

El diagnóstico de la bronquitis se realiza mediente la auscultación de los ruidos en los pulmones donde la respiración suele ser anormal y brusca. Además, puede ir acompañada de otros exámenes como la radiografía del tórax, oximetría de pulso que determina la cantidad de oxígeno que hay en la sangre a través de un dispositivo que se coloca en el dedo o cultivos rutinarios del esputo. 

Finalmente, en cuanto al tratamiento, por lo general no es necesario el uso de antibióticos, al menos que el médico sospeche que el niño tiene una infección bacteriana secundaria. 
La bronquitis se resuelve generalmente en una semana de manera espontánea. Sin embargo se pueden adoptar una serie de medidas para facilitar su desaparición. 
  • Para fluidificar las flemas, se aconseja una alta hidratación con líquidos y humedecer el aire.
  • Si la tos es seca se puede administrar un antitusígeno. Es importaante recordar que si la tos elimina correctamente las secreciones, no se deben dar medicamentos para cortar la tos ya que contribuyen a retener las flemas en los pulmones y favorecen de este modo la infección. 
  • Paracetamol para bajar la fiebre.
  • Descanso
  • Evitar la exposición del niño al humo del tabaco.
  • Para las bronquitis crónicas, además, puede ser necesaria la oxigenoterapia y las rehabilitación pulmonares para mejorar la calidad de vida. 





 

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