NIÑOS Y BEBÉS CON CATARRO

El catarro o también conocido como resfriado o infección respiratoria alta es una afección de las vías respiratorias altas. Se caracteriza por tos, secreciones, mucosidad y obstrucción nasal que dificultan la respiración. Los bebés y niños con resfriado presentan episodios de obstrucción nasal, aumento de la mucosidad y tos. Además, esto puede verse acompañado de fiebre y malestar general.

La causa del resfriado está en los virus, de los que se conocen cerca de 200 virus diferentes capaces de provocar dicha afección, siendo generalmente el rinovirrus el más frecuente. Su padecimiento es más común en la infancia sobre todo cuando el niño empieza ir a la guardería ya que se encuentra repetidamente expuesto a nuevos virus. 

Los síntomas que caracterizan en catarro se deben a la inflamación de la mucosa que recubre las vías respiratorias y que va desde la nariz hasta los bronquios. Además, dichos síntomas pueden afectar con moco nasal, dolor de garganta, tos ronca, ruidos respiratoriosy fiebre. Esta última se debe a que los niños presentan un sistema inmunológico más inmaduro y para aumentar las defensas del organismo, se procede a la fiebre como un recurso. y, aunque, el resfriado en los niños y bebés es la principal causa de consulta al pediatra, se cura espontáneamente en un plazo cercano a siete días y sin dejar secuelas.

La aparición del restriado se debe al mecanismo de transmisión del virus: se contagia de una persona a otra a través de las secreciones respiratorias que se expulsan al aire con la tos y los estornudos. En los niños es muy frecuente la transmisión por medio de objetos contaminados anteriormente con estas secreciones ya que comparten objetos y juguetes que chupan además de trender al contacto directo con las manos y la cara. Una vez contagiado el niño, el virus entra en el organismo por la boca, nariz o por la fina mucosa que recubre los ojos. 

Finalmente, en cuanto al tratamiento, es muy aconsejable  edrles mucho líquido para beber y administrarle al bebé o al niño unas gotas de suero fisiológico con el fin de limpar las fosas nasales. Además, es importantísimo enseñarle al niño a sonar eficazmente su nariz.