domingo, 30 de octubre de 2016

CÓLICOS EN BEBÉS


Los cólicos de los bebés son dolores abdominales porpios de un lactante que se manifiestan de manera intensa pero inofensiva sobre las 2-4 semanas de vida y terminan hacia los 3 meses de edad.

Sabemos que experimenta accesos de dolor cuando grita y encoge las piernas hacia el abdomen. Suelen aparecer a diario sobre el atardecer y duran unas tres horas. Posteriormente desaparecen de forma espontánea. 


El origen de los cólicos es actualmente desconocido, de ahí que no haya una solución concreta. Algunos especialistan mantienen que se debe a un espasmo de los intestinos aunque no existen pruebas de ello. Sin embargo, las investigaciones revelan la existencia de una serie de factores que pueden influir en su aparición. Se resumen en tres grupos: 

  1. Aspectos alimentarios: cerca del 5-10% de los casos podría estar relacionado con la alimentación. En casos muy concretos, aparecen otros síntomas como la bajada del peso o diarrea crónica. Se recomienda un cambio en la dieta. Si el bebé es alimentado con la leche artificial, el médico le prescribirá una leche especial y si es amamntado, se le pedirá a la madre que prescinda de los lácteos. 
  2. Factores ambientales: Unos padres nerviosos, aunque no sean responsables de los cólicos, contribuyen a su aparición. 
  3. Otros aspectos como el temperamento más nervioso del bebé, inmadurez neurológica del lactante, alteraciones hormonales (presencia elevada de la motilina en el intestino) o problemas intestinales como el reflujo gastroesofágico. 
El diagnóstico de los cólicos de un bebé se lleva a cabo según la regla de los tres. Así pues, se requiere que los cólicos duren al menos 3h al día, durante un mínimo de 3 días a la semana y a lo largo de más de 3 semanas. Los cólicos se caracterizan por un llanto similar al grito a diario de forma brusca y sin motivo aparente. Tampoco se ven acompañados de fiebre, ni vómitos ni de otro síntoma aparente, Suelen aparecen al atardecer aunque también pueden darse por la mañana. El cese del llanto se produce igualmente de brusca como su comienzo. Durante la crisis, es muy frecuente que el  bebé se encuentre rígido, con la cara enrojecida y aspecto enfadado. con la spiernas encogidas puños apretados y la espalda arqueada. 

¿Qué hacer? Partiendo de que es un problema de causa desconocida, tampoco existe un remedio que lo solucione de fomra efectiva- Sin embargo, contamos con una serie de recomendaciones que pueden hacerlo leve. 
Para empezar, si el pediatra lo considera conveniente, se puede empezar por descartar la alergia a la leche. Además, se aconseja evitar administrar medicamentos para los gases y suprimir la cafeina y otras sustancias estimulantes de la dieta de la madre. En caso de que tome leche artificial, evitar que trague aire utilizando tetinas especiales. Después de tomar leche se aconseja incorporar al bebé siempre para que eructe. Si empieza a llorar siempre a la misma hora, se puede salir a pasear para que quede dormido y pase la hora de los cólicos durmiendo. 
Si el bebé llora, intenta masajearle la barriga en el sentido de las aguhas del reloj. Algunos golpecitos rítmicos en la espalda, tumbándolo sobre el estómago encima de tu regazo o simplemente acunándole y balanceándole también ayuda. El movimiento relaja las paredes intestinales y suele calmar su irritabilidad. 
Aplicando todas estas técnicas de tranquilización (chupete, movimiento, contacto físico, masaje, música o sonidos) se ayuda a calmar al bebé. 
Pasear con el bebé en la mochila portabebés, acunarle o descansar con él acostado sobre el vientre suele ser lo más eficaz. Sobre todo, es muy importante, evitar ponerte nerviosa/o por el llanto: una actitud comprensiva y paciente puede ser de gran utilidad. 



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