La faringitis, que se conoce también como angina o
amigdalitis es muy común en los niños. Esto ocurre por inflamación de la mucosa
de la faringe y desencadena dolor de garganta, irritación, decaimiento, tos, falta
de apetito, fiebre e hinchazón de las amígdalas. La faringitis puede ser
vírica, bacteriana o alérgica. La más común es la de origen viral, que puede
estar originada por distintos virus, como el de la gripe. Sin embargo, si los síntomas son intensos y
duran más de tres días puede tratarse de una faringitis bacteriana, que la
provocan estreptococos (estreptococos del grupo A) y se puede contagiar. Para la faringitis de origen bacteriano es necesaria
la ingesta de un antibiótico con penicilina o amoxicilina. Para saber si se
trata de una faringitis u otro se debe observar la garganta, piel, ojos y
ganglios del cuello. También se puede realizar un cultivo de garganta o examen
de un estreptococo.
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