domingo, 30 de octubre de 2016

SARAMPIÓN EN NIÑOS Y BEBÉS

El sarampión es una enfermedad infecto-contagiosa de la que todos los niños deben estar vacunados, ya que está incluida en el Calendario Oficial de Vacunación Infantil. La Organización Mundial de la Salud (OMS) había estimado la erradicación de esta enfermedad en el 2015, pero esto no ha ocurrido debido a la relajación de los padres en cuanto al cumplimento de dicho calendario, provocando un repunte en el número de casos tanto en España como en Europa. Es una enfermedad que puede llegar a causar la muerte o cursar con graves complicaciones como la encefalitis. Se diagnostica por su cuadro clínico y la aparición de los anticuerpos en sangre. 


Síntomas:
Los primeros síntomas son el catarro nasal (goteo de nariz), ojos llorosos o conjuntivitis, tos seca, fiebre (que puede llegar a ser muy alta), falta de apetito y malestar en general. Además, pasadas las primeras veinticuatro horas empiezan a aparecer pequeñas manchas de color blanco en las mejillas.
Tres o cuatro días después aparecen una serie de manchas rojas planas y redondas (manchas de Köplik) comenzando por la cara y extendiéndose al resto del cuerpo. Por lo general no pican y suelen aparecer entre dos y cuatro días después de su aparición. En los bebés de menos de nueve meses pueden aparecer de forma más leve gracias a la presencia de anticuerpos maternos protectores.

Causas:
Es una enfermedad infecciosa causada por el mixovirus (virus del sarampión). Su período de incubación dura entre diez y catorce días a partir del contacto. El período de contagio es entre cuatro días antes de la aparición de los síntomas y los cinco días posteriores a la desaparición de las lesiones cutáneas.  

Tratamiento:
Como se trata de una infección vírica no debemos aplicar antibióticos, por lo que hay que “pasar la enfermedad”. Se suele utilizar el paracetamol para aliviar los síntomas. Y solo se utilizarían antibióticos en caso de una complicación bacteriana secundaria.
También se utilizan los antipiréticos para bajar la fiebre, los nebulizadores para despejar la nariz, gotas oculares y antihistamínicos para disminuir los picores, que pueden ayudar a los niños a aliviar los síntomas de la enfermedad.
Además se recomienda el aislamiento respiratorio del niño durante la enfermedad para evitar el contagio.

Posibles complicaciones:
Puede provocar una serie de complicaciones que son: laringitis, otitis (la más frecuente), bronquiolitis, neumonía, bronquitis, diarrea y encefalitis aguda (la más peligrosa). Siendo más peligrosas en adultos. 

Prevención:

La vacunación es el mejor método de prevención de esta enfermedad. Debemos vacunar al niño una vez cumplidos los doce meses de edad y entre los tres y los cinco años se debe administrar una segunda dosis de vacunación de recuerdo. 
Los niños menores de un año deben protegerse del sarampión mediante la vacunación de las personas con las que esté en contacto, ya que el todavía no está vacunado. 

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