La anemia se produce cuando nuestro organismo no produce los
suficientes glóbulos rojos o estos no contienen la hemoglobina necesaria. La
hemoglobina es indispensable en nuestro cuerpo porque es la que lleva el
oxígeno a todos nuestros tejidos.
La anemia más común es la anemia ferropénica, que se da cuando el
niño tiene hierro bajo y se diagnostica a través de un análisis de sangre.
El decaimiento, la falta de fueras y la fatiga son los
principales síntomas de la anemia. La piel del niño se vuelve pálida, puede
tener constantes dolores de cabeza y perder el apetito. Su comportamiento puede
ser más irritable y tener síntomas de somnolencia.
La anemia es muy frecuente en niños, sobre todo en los que
no se alimentaron con leche materna o con leche de fórmula enriquecidas de
hierro. Su pico mayor es en niños entre 6 meses y tres años.
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