sábado, 29 de octubre de 2016

RUBEOLA EN NIÑOS

La rubeola es una infección viral frecuente durante la infancia y de curso habitualmente benigno. Puede ser prácticamente asintomática o presentar febrícula o fiebre inconstante. Consiste en una erupción rosada que comienza por la cara y el tórax generalizándose por todo el cuerpo normalmente a las 24 horas y suelen desaparecer entre 1 y 5 días.


Transmisión:
Se transmite por gotículas en el aire, cuando las personas infectadas estornudan o tosen. Los humanos son el único huésped conocido.

Causas:
Es una enfermedad vírica y por lo tanto contagiosa. Su período de incubación es de diez a veintitrés días y se contagia entre uno y dos días antes de la erupción hasta siete días luego de la misma. Es muy frecuente el dolor en la región de la nuca y la parte posterior de las orejas. Además es frecuente el dolor de garganta.

Síntomas:
Erupción cutánea, fiebre (normalmente poco intensa), náuseas y conjuntivitis leve. El exantema se observa entre un 50% y 80% de los casos, comenzando por la cara y extendiéndose hasta los pies. La inflamación de los ganglios linfáticos en la parte posterior de las orejas y el cuello es la característica más común.
Una vez que se contrae la infección esta se disemina por todo el cuerpo en unos cinco o siete días. Normalmente los síntomas aparecen entre dos y tres semanas después de la exposición. El período más peligroso de contagio es entre el primer y el quinto día de la aparición el exantema.

Tratamiento:
Es un tratamiento preventivo, mediante la administración de la vacuna triple vírica (MMR). Esta evita la transmisión de la enfermedad y al mismo tiempo la incidencia de rubeola congénita (rubeola durante el embarazo).
La infección intrauterina por rubeola puede causar malformaciones congénitas múltiples (sordera, retraso del crecimiento intrauterino, trastornos oculares, malformaciones cardíacas). 

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