miércoles, 16 de noviembre de 2016

ALERGIA AL SOL

La alergia al sol en los niños puede estar desencadenada por los efectos nocivos de los rayos de sol, ya que la radiaciones solares pueden dañar la piel. En esta alergia debemos distinguir dos tipos: la urticaria solar (desencadenada directamente por el sol) o la reacción fotoalérgica (causada por otras sustancias cuando entran en contacto con el sol).



La verdadera alergia al sol es un trastorno del sistema inmunitario, responsable de la aparición de lesiones tras una mínima exposición solar. Esta alergia se conoce como urticaria solar. Esta alergia produce un intenso picor en la piel que se manifiesta con una roncha o ezcema. Esta alergia no empeora con el aumento de exposiciones, pero se repite. En algún caso más grave puede provocar mareos, ahogo o cefalea. Y no es hereditaria ni hay ciertos colectivos más predispuestos a desarrollarla.

Existe otra alergia al sol conocida como fotoalergia (fotosensibilización), que se produce cuando una sustancia que se aplica sobre la piel o se ingiere resulta tóxica para la piel con su exposición al sol. Se manifiesta mediante una erupción rojiza en la piel. Esta alergia se debe a tres factores: la radiación, la piel y el fotosensibilizador.
Esto se debe a algunas sustancias como ciertos medicamentos, cremas solares, perfumes, desodorantes o productos industriales que pueden aumentar la sensibilidad que algunos niños tienen al sol produciendo estas reacciones fotoalergicas cada vez más comunes.

La urticaria solar se diagnostica exponiendo al niño a una lámpara de rayos ultravioleta con la longitud de onda adecuada. Y la fotosensibilización se diagnostica mediante la técnica denominada "foto-parche" que consiste en aplicar un medicamento o sustancia sensibilizante que se pone en pequeños parches sobre la piel haciendo incidir sobre ellos luz solar o una lámpara de rayos ultravioleta.

El tratamiento para la urticaria solar consiste en evitar la exposición al sol, ya que de momento no existe ningún tratamiento aunque se han conseguido algunas desensibilizaciones al someter a los niños a pequeñas exposiciones durante el invierno con lámparas solares.
La fotosensibilización se trata   mediante la eliminación de la sustancia que la produce.

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