También conocida como
luxación congénita de cadera. Es la malformación más común en los bebés. Es más
frecuente en niñas que en niños y aparece más en la cadera izquierda que en la
derecha.
La displasia de cadera consiste en un crecimiento anormal de
la articulación que hay entre la cabeza del fémur y la cavidad de la cadera, desplazándose
así la cabeza del fémur hacia afuera. En los casos más graves este hueso se
coloca permanentemente fuere del su lugar correspondiente ( lo que conocemos
como cadera luxada).
La causa de esto no está clara, pero se supone que es debido
a la mala posición del feto en el útero, antecedentes familiares, parto por
cesárea o que durante el parto se produjera la disociación. También puede ser debido al elevado peso del
bebé, posición de las nalgas, embarazo múltiple, hipertensión arterial materna
y la macrosomía del bebé.
Esto se puede detectar en un recién nacido observando que la
pierna con el problema sobresale más, que tiene menos movimiento en un lado del
cuerpo, la pierda con la disociación es más corta y aparecen pliegues cutáneos
en los muslos o nalgas. Una vez que el niño empiece a caminar, la región lumbar
se curva hacia adentro.
Por normal general, todos los pediatras deben observar a
todos los niños por una posible displasia de caderas. Se les realiza un examen
físico de las caderas, manteniendo presión sobre ellas mientras se mueven. El
pediatra escucha para detectar alguna anomalía. La ecografía se realizará para
confirmar el problema.
Cuando el problema se detecta antes de los primeros 6 meses
se usa un dispositivo o arnés que mantiene las piernas separadas. Mantiene la
articulación en su lugar mientras crece el niño. Los niños que no mejoran o se
les detecta tarde necesitan de cirugía, donde se colocará una férula en la
pierna durante un tiempo.
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