La rinitis es una enfermedad que afecta a la mucosa nasal y
produce estornudos, picor, obstrucción, secreciones nasales y, en ocasiones,
falta de olfato. Normalmente estos síntomas son diarios, aunque dependiendo del
tipo de inflamación puede dar en temporadas concretas. La rinitis está muy ligada a alergias, pero
otras veces puede ser indicador de otras enfermedades. Existen varios tipos de rinitis:
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Rinitis infecciosa: causado por una infección
vírica. Puede ser más aguda si hay una desviación del tabique nasal o
vegetaciones.
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Rinitis alérgica estacional: Suele aparecer en
primavera y a principios de verano. Es lo que se conoce como alergia al polen.
No suele aparecer antes de los 2 años de edad.
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Rinitis alérgica no estacional: Se produce a lo
largo del año. Las causas suelen ser alérgenos como los ácaros del polvo, pelo
de animales… A la larga puede provocar sinusitis y pólipos nasales.
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Rinitis vasomotora: Cuando los vasos sanguíneos
de la membrana mucosa de la nariz se dilatan. Esto ocurre con cambios bruscos
de temperatura, el humo del tabaco, la humedad o los olores fuertes.
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Rinitis hormonal: Está ligada a casos de
hipotiroidismo infantil y la diabetes infantil.
Para tratar algún tipo de rinitis primero debemos saber de
qué tipo se trata. En el caso de las rinitis alérgicas debemos saber qué es lo
que produce esa alergia y evitar el contacto con él. Además el médico recetará
un antihistamínico o un corticoesteroide nasal. Para los casos más graves
existen vacunas.
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