El labio leporino es un defecto congénito que afecta al labio superior y al
paladar. Ocurre cuando el labio superior y el paladar no se desarrollan de la
forma adecuada. Esto ocurre en los primeros meses de embarazo. Un recién nacido
puede tener el paladar hendido, el labio leporino o ambos. Esto afecta a uno de cada 500 recién nacidos.
Puede presentarse asociado a algún síndrome con más alteraciones o presentarse
aisladamente.
El labio leporino ocurre cuando el tejido que forma el
paladar y el labio superior no se unen en la fase embrionaria. Puede ser una
pequeña hendidura en el labio o una fisura completa en el labio que va hasta la
base de la nariz. Puede ocurrir en cualquier lado del labio, o con menor
frecuencia en el medio de éste. Si este va asociado al paladar hendido ocurre
cuando el tejido que forma el paladar tampoco se une correctamente. Estas
fisuras pueden estar en la parte de adelante o atrás del paladar.
Existen varias clasificaciones del labio leporino y paladar
hendido:
-
Según la localización:
·
Unilaterales.
·
Bilaterales.
·
Mediales
-
Según la extensión:
·
Incompletas: si sólo afectan al labio.
·
Completas: Cuando incluyen todas las estructuras
del paladar primrario incluyendo labio, piso nasal y reborde alveolar.
·
Mixtas: presentes en las fisuras bilaterales,
completa de un lado a otro.
Un examen físico de la boca, de la nariz y del paladar
confirma la presencia del labio leporino o paladar hendido. También se realizan
pruebas de sangre en las mujeres gestantes para la cuantificación de la proteína
de origen fetal conocida como Alfafetoproteína. Esto determina la existencia de
malformaciones. Se realizan más exámenes médicos para detectar si está asociado
a otras posibles alteraciones.
Si durante el embarazo tomamos vitamina A, ácido fólico, no
consumimos alcohol y llevando una dieta equilibrada podemos ayudar a que el
trastorno no se dé.
TRATAMIENTO:
El labio leporino se puede tratar con una intervención
quirúrgica en los Servicios de Cirugía Maxilofacial de todos los hospitales
pedriáticos. Esta intervención se realiza en pacientes con buena salud y libres
de infecciones.
Se suele realizar cuando el niño aún es pequeño, entre la 6ª semana y los 9 meses de
edad. Puede ocurrir que en el futuro el niño necesite de una segunda operación
si la deformación de la nariz es significativa.
El caso del
paladar hendido también se puede tratar con una cirugía. Esta se realiza
durante el primer año de vida del niño. Esto favorecerá que desarrolle el habla
de forma normal. En algunas ocasiones también se usa un dispositivo protésico
temporal para cerrar el paladar, para favorecer la alimentación del niño hasta
que pueda operarse.
Generalmente
los niños se curan con una gran facilidad pero según la gravedad del defecto,
más tarde se tendrá que reparar la cicatriz de la operación.
En la mayoría
de los casos en que se realiza la reparación del paladar, se necesita un
seguimiento postoperatorio. Esto lo realiza un odontólogo porque los dientes
posiblemente necesitan una corrección a medida que van erupcionando. Además
estos niños deben realizar pruebas auditivas cada cierto tiempo para controlar
los problemas auditivos que puedan tener.
PROBLEMAS
Esta malformación del labio puede afectar a la vida del niño
en:
- La apariencia de la cara: Cambios en la forma de la nariz y del labio.
- Problemas de alimentación: Esto puede desencadenar problemas para subir de peso.
- Retardo del crecimiento: Asociado con los problemas alimenticios.
- Problemas de habla.
- Desarrollar infecciones en el oído.
- Pérdida de audición.
- Problemas dentarios: Los dientes suelen estar desalineados.
Los niños con
labio leporino y/o paladar hendido, como ya se ha dicho, están en riesgo de
padecer dificultades alimenticias. Si no reciben los suficientes micro y
macronutrientes pueden tener una malnutrición importante. Los problemas
potenciales más importantes son:
- La apertura entre la boca y la nariz. Un lactante puede tener dificultades para ejercer la succión necesaria para poder extraer la leche del pecho o del biberón.
- El tiempo que tardará en alimentarse va a ser demasiado largo.
- Puede salir leche por la nariz del bebé durante la alimentación. Esto se conoce como regurgitación nasal.
- El niño puede tragar aire en exceso mientras está bebiendo.
- Las recomendaciones para este tipo de problemas son:
- Alimentar al niño en posición vertical para evitar la regurgitación nasal y de esta manera también prevenimos las infecciones de oídos.
- Usar biberones especiales.
- Adaptar los biberones/mamaderas estándar para bebés prematuros haciéndoles pequeños cortes transversales en las tetinas para aumentar el flujo.
- Usar un biberón con medidas para controlar la cantidad de líquido que fluye.
- Hacer que el niño eructe frecuentemente si sabemos que ha tragado aire.
- Si el niño es lo suficientemente mayor para el biberón no se ha tratado malformación todavía, su alimentación se recomienda que sea comida trituradas.
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