martes, 1 de noviembre de 2016

TÉTANOS EN NIÑOS Y BEBÉS

El tétanos es una infección del sistema nervioso causada por la bacteria Clostridium tetani, que es potencialmente mortal. Se transmite si tocamos alguna superficie infectada, pero nunca de una persona a otra.
Para los médicos, la mejor forma de evitar el contagio del tétanos es la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina.

Causas:
Los niños lo suelen contraer cuando caen al suelo o tienen contacto con alguna superficie en la que haya esporas de la bacteria.
El tiempo que pasa entre que se produce la infección y aparece el primer síntoma es de entre 7 y 21 días, y la forma más común de que la infección penetre en el organismo a través de una herida punzante, un corte, una llaga o la mordedura de un animal. Al introducir las esporas se liberan unas bacterias que se van diseminando y producen una neurotoxina denominada tetanospasmina, que produce espasmos musculares. Esta toxina se traslada por el cuerpo a través del flujo sanguíneo y el sistema linfático. A medida que comienza a circular en mayor cantidad, infiere con la actividad normal de los nervios de todo el cuerpo, lo cual provoca espasmos musculares generalizados.

Síntomas:
Suele comenzar con dolor de cabeza, espasmos en la mandíbula (trismos) y espasmos musculares repentinos e involuntarios. Estos espasmos pueden afectar al tórax, cuello, espalda, músculos abdominales e incluso a los músculos de la respiración.
Otros de los síntomas son: babeo, sudoración excesiva, fiebre, espasmos de las manos y pie, irritabilidad, dificultad para tragar y micción o defecación incontrolable.

Tratamiento:
En medida del tiempo que haya pasado desde la infección el tratamiento puede abarcar antibióticos, medicamentos para neutralizar el tóxico, relajantes musculares, sedantes y lo más recomendable para eliminar cualquier rastro: cirugía para limpiar la herida y eliminar la fuente del tóxico.
El haber contraído el tétanos no protege de una nueva infección, por lo que es muy importante recibir las dosis completas de la vacunación.

Prevención:
La vacunación es la mejor forma para evitar contraer el tétanos. Podemos vacunarnos contra el tétanos junto con otras inmunizaciones o la vacunación después de sufrir una herida que pudiese provocar tétanos (profilaxis frente a la infección).
Es muy importante recibir todas las vacunas necesarias durante la infancia. Las tres primeras durante el primer año de vida (a los 2, 4 y 6 meses), la siguiente entre los 15 y 18 meses, la penúltima a los 6 años y la última a los 11 o 12 años.

Es una vacuna segura y con muy pocos casos de niños que hayan sufrido efectos secundarios, pero si los hubiera, los más típicos son: enrojecimiento, inflamación y dolor en el sitio donde se produjo la infección, vómitos y fiebre. 

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