El tétanos es una infección del sistema nervioso causada por
la bacteria Clostridium tetani, que
es potencialmente mortal. Se transmite si tocamos alguna superficie infectada,
pero nunca de una persona a otra.
Para los médicos, la mejor forma de evitar el contagio del
tétanos es la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina.
Causas:
Los niños lo suelen contraer cuando caen al suelo o tienen
contacto con alguna superficie en la que haya esporas de la bacteria.
El tiempo que pasa entre que se produce la infección y
aparece el primer síntoma es de entre 7 y 21 días, y la forma más común de que
la infección penetre en el organismo a través de una herida punzante, un corte,
una llaga o la mordedura de un animal. Al introducir las esporas se liberan
unas bacterias que se van diseminando y producen una neurotoxina denominada tetanospasmina,
que produce espasmos musculares. Esta toxina se traslada por el cuerpo a través
del flujo sanguíneo y el sistema linfático. A medida que comienza a circular en
mayor cantidad, infiere con la actividad normal de los nervios de todo el
cuerpo, lo cual provoca espasmos musculares generalizados.
Síntomas:
Suele comenzar con dolor de cabeza, espasmos en la mandíbula
(trismos) y espasmos musculares repentinos e involuntarios. Estos espasmos pueden
afectar al tórax, cuello, espalda, músculos abdominales e incluso a los
músculos de la respiración.
Otros de los síntomas son: babeo, sudoración excesiva,
fiebre, espasmos de las manos y pie, irritabilidad, dificultad para tragar y
micción o defecación incontrolable.
Tratamiento:
En medida del tiempo que haya pasado desde la infección el
tratamiento puede abarcar antibióticos, medicamentos para neutralizar el
tóxico, relajantes musculares, sedantes y lo más recomendable para eliminar
cualquier rastro: cirugía para limpiar la herida y eliminar la fuente del
tóxico.
El haber contraído el tétanos no protege de una nueva
infección, por lo que es muy importante recibir las dosis completas de la
vacunación.
Prevención:
La vacunación es la mejor forma para evitar contraer el
tétanos. Podemos vacunarnos contra el tétanos junto con otras inmunizaciones o
la vacunación después de sufrir una herida que pudiese provocar tétanos
(profilaxis frente a la infección).
Es muy importante recibir todas las vacunas necesarias
durante la infancia. Las tres primeras durante el primer año de vida (a los 2,
4 y 6 meses), la siguiente entre los 15 y 18 meses, la penúltima a los 6 años y
la última a los 11 o 12 años.
Es una vacuna segura y con muy pocos casos de niños que
hayan sufrido efectos secundarios, pero si los hubiera, los más típicos son:
enrojecimiento, inflamación y dolor en el sitio donde se produjo la infección,
vómitos y fiebre.
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