El raquitismo es un trastorno provocada por la falta de vitamina D, calcio o fósforo. Este trastorno se caracteriza por el reblandecimiento y el debilitamiento de los huesos. El raquitismo se presenta en aquellos niños cuyos huesos todavía están en crecimiento.
Manifestaciones clínicas
Los niños con raquitismo suelen aparentar bien alimentados y su aspecto engaña a la madre y familia cercana, ya que piensas que todo está bien. Sin embargo, el niño puede estar indispuesto, donde un examen en profundidad puede manifestar un bajo tono muscular, causante del abdomen protuberante característico. El raquitismo también interviene en el desarrollo normal del niño, el cual también tiene dificultades para alcanzar la primera etapa de la infancia (dificultad para sentarse y caminar). También pueden presentar los niños con raquitismo molestias gastrointestinales y sudor excesivo en la cabeza.
La característica principal de los niños con raquitismo es la baja estatura y las deformidades esqueléticas, como son el cráneo irregular, piernas arqueadas, protuberancias en la parrilla costal, el esternón hacia adelante, deformidades pélvicas y deformidades de la columna vertebral (escoliosos o cifosis)
La característica principal de los niños con raquitismo es la baja estatura y las deformidades esqueléticas, como son el cráneo irregular, piernas arqueadas, protuberancias en la parrilla costal, el esternón hacia adelante, deformidades pélvicas y deformidades de la columna vertebral (escoliosos o cifosis)
Tratamiento
Para tratar el raquitismo se administra vitamina D y calcio. Las deformidades óseas leves que presente el niño suelen corregirse con el tratamiento anterior, aunque en los casos más graves las deformidades pueden persistir, principalmente las de pelvis.
Prevención
Para evitar el raquitismo en los niños es importante que reciban las cantidades adecuadas de calcio y vitamina D. La leche y productos lácteos suelen cobrar gran importancia en la prevención.
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